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Mostrando las entradas de septiembre, 2006

TFP, UNTAG, SWAPO, UNITA, FNLA, SADF y ANC

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Namibia, octubre de 1989 ¿Será que puedo usar tantas iniciales en un solo párrafo? Tratemos. Desde 1976 hasta 1989 la SADF (South African Defence Force) hizo incursiones y luchó en Angola para defender a UNITA (Uniao Nacional para a Independencia Total de Angola) en su lucha para sacar del poder a los marxistas del FNLA (Frente Nacional para a Liberacao de Angola) que a su vez apoyaban a un grupo de independencia negro de orientación marxista también conocido como SWAPO (South West Africa People´s Organization) que hacían causa común con el ANC (African National Congress) en sus esfuerzos para sacar a los blancos del poder de África del Sur y Namibia, administrada como un protectorado por los sudafricanos desde 1918. La UNTAG (United Nations Transitional Advisory Group) aterrizó en este caos para asegurarse que las primeras elecciones en Namibia fueren todo lo libres que pudiesen ser dadas las circunstancias. En este contexto la TFP en Sudáfrica publicó un librito en contra de la SWAP

Las callecitas de Buenos Aires...

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Buenos Aires, 1975-1982 Realmente no me acuerdo cuándo empezó papá con su costumbre de organizarse para pasar algún tiempo solo con cada uno de nosotros. Tampoco llevé un control de qué programa hizo con cada uno de mis hermanos. Pero sí me acuerdo de la primera vez que me llevó al cine. Supongo que yo tendría 7 u 8 años. Fuimos a ver “Superman” a uno de los cines de la calle Santa Fe. Yo me sentía muy grande y orgullosa de estar sola con mi papá. Caminamos por las calles de Buenos Aires a paso rápido (algo que siempre hemos hecho, caminando juntos o cada uno por su cuenta) y papá apoyaba su mano en mi cuello para ir dirigiéndome en el tráfico de las veredas porteñas. Creo recordar que salimos desde el Juzgado (a donde siempre me gustó ir de visita, para conversar con los empleados, y ya más grande disfrutar de los cafés batidos que me preparaba la ordenanza) Mientras caminábamos me iba señalando distintos detalles de la ciudad: un farol, una columna, un friso... Otra vez, a la salida

Tres Meses al Servicio de Tatton en Texas

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San Antonio, Texas, 1981 Ya hacía algunos meses que me encontraba instalado en el Estate, una espectacular propiedad de 52 hectáreas en el Condado de Westchester, Nueva York. Desde Agosto de 1978 que papá se ocupaba de la administración de la propiedad, y cuando mi ciclo en Argentina llegó a su fin, encaminé para el Estate para encontrar un lugar en la TFP norteamericana. Que con ste que yo no hablaba una palabra de inglés y que entre los miembros del grupo en Estados Unidos había de todo un poco. Tal vez escriba más adelante sobre algunos de estos personajes... Este grupo que oscilaba entre 50 y 75 personas era dirigido por Luiz Antonio Fragelli , un brasilero, que pese a estar casado y con numerosa progenie, se las ingeniaba para dedicarse de manera exclusiva a la conducción de la TFP americana. Fue Fragelli el que un día se me acercó en alguna de las salas de la espléndida mansión que llamábamos la Main House, y me preguntó si podía contar conmigo para llevar a cabo una misión muy i

My Stress and I

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My stress and I have known each other for a relatively short time. We met by accident a couple of years ago when in the midst of Argentina’s economic meltdown I lost my job, all my savings, an apartment in the city and a house in the country… Before that, I really “did not had the pleasure”… so to speak. Great events in my life unfolded without his presence. I traveled four continents, held different jobs, got married, made and lost friends. But I was alone. My stress was not with me. When we finally met, he came home and made himself comfortable. He was like an unpredictable stranger you invite to a party. But by the time he started showing his true personality I felt powerless to stop him. Not before long he started messing with my state of mind and with my health! I started learning new words like hyper-thyroids and ulcers. And on a more harmless note, I got my first gray hairs. Before long I wanted him out of my life! But he would not go. He did not take rejection well, and in a bo

Versos (1) - A la Virgen del Recuerdo

Hay algunos versos que aprendí de chico, que siempre me gustaron. Con el pasar de los años se van borrando estrofas de mi memoria, pero las sensaciones que generaban todavía quedan. En pleno Siglo XXI, nada como Google para pesquisar la web, y con acordarse aunque sea unas palabras, versos olvidados aparecen en pantalla, con la misma fuerza que tenían cuando fueron escritos, con el mismo significado que tenían cuando, más de una vez, me los recitaba a mi mismo una y otra vez. Los voy a ir buscando y publicando, ya que los considero parte de mi juventud, parte de mi vida. El verso “A la Virgen del Recuerdo” lo leí por primera vez en una novela del Pe. Coloma cuyo titulo olvido, pero uno de cuyos personajes centrales, un tal Tío Frasquito, nunca podré olvidar. Me acuerdo que en una fiesta – “acto” reflejaría mejor el carácter solemne de la ocasión – de fin de año de nuestro colegio, el Regina Angelorum, el mejor alumno del año (puesto que rotaba generalmente entre los mismos dos o tres

Abuelo

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La Lucila, pricipios de los ´70 Nunca tuve dos abuelos. La pelea que dividió a la familia Ibarguren entre los que estaban en la TFP y los que no estaban, duró 16 años. Por un lado mi madre y tres de sus hermanos varones que militaban en las filas de la TFP y por el otro lado mi abuelo (“tata”) Carlos Ibarguren, su mujer (“abuela”) Estela Schindler, otra hija y tres hermanos mas. Al mejor estilo siciliano (o tal vez vasco, como corresponde), ambas partes dejaron de verse o hablarse, y yo nunca conocí de chico a mis tíos o primos hermanos “del otro lado”. Eso hizo que, para todos los efectos prácticos, los únicos abuelos que tuve en mi infancia fueron Cosme Becar Varela (“abuelo”) y Julia Helena Sundblad (“máma”). En la foto, abuelo y yo en Detroit. De chicos, los veíamos casi todos los fines de semana. Vivíamos en ese entonces en una casa en La Lucila, en la calle Sinclair 256, a pocos metros de la Avenida Libertador, y abuelo y máma recibían en su casa en San Isidro a sus hijos y nieto

Fernanda

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Buenos Aires, 1983-1997 En el colegio nos daban bastante libertad en algunos puntos para ser consecuentes con la prédica constante de la “libertad responsable”. Así es que durante los tres últimos años del secundario me senté junto a Valeria, teniendo a Fernanda y a Victoria en el banco de atrás. Si bien los padres de Fernanda conocían bien a los míos, como vivíamos lejos una de la otra(ella en Belgrano y yo en San Isidro) nunca hicimos muchos planes fuera del colegio y no fuimos muy amigas. Me acuerdo que un día estando en un recreo, iniciamos una de nuestras divertidísimas y siempre condenadas “guerras”. En medio del fragor de la batalla, Fernanda trataba de leer (o dibujar, no me acuerdo) y una escuadra de madera, de esas que se usan para hacer ejercicios de geometría en el pizarrón le cayó de punta en la cabeza... y se quedó clavada!!!!! A la pobre le tuvieron que dar un par de puntos para cerrar el agujero. Terminado el colegio emprendimos el camino a la Universidad. Yo elegí la c

El Marques de Carmen de Patagones

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Carmen de Patagones, Marzo 1978 Hacer campaña en la época de los militares no era simplemente pararse en una esquina y empezar a gritar slogans. Si uno no contaba con permisos adecuados, el despliegue de capas y estandartes terminaba rápidamente en una comisaría. Y pese a que mas de un zurdo contemporáneo se llena la boca hablando de una unidad de objetivos entre la TFP y el gobierno militar, la cosa no era tan así, por lo menos al principio, y ciertamente tampoco al final cuando la TFP se pronunció, muy a contrapelo de la histeria imperante, contra la invasión a las Malvinas en 1982. De hecho, a las pocas semanas del golpe militar en marzo de 1976, llegó una orden prohibiendo la exhibición del estandarte en nuestra emblemática sede de Don Pelayo, en la tan transitada Avenida Figueroa Alcorta. Durante unos días estuvimos haciendo jugarretas varias para disimular la falta de estandarte en el caño, que cada día aparecía pintado de un color diferente, luciendo una obvia escalera de pi

Anhelos Frustrados Sistemáticamente

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Vivía yo a una cuadra de un centro de la Obra y me cruzaba diariamente con las numerarias con las que había vivido tiempo atrás... Bueno, un día caminaba con mi marido por la calle cuando nos encontramos con María (la llamaré así para preservar su intimidad) quien fuera compañera mía de colegio en uno de esos colegios que no son, pero que sí son. Durante nuestra época de estudiantes secundarias las dos éramos numerarias, o aspirantes a numerarias que es lo mismo. Habían pasado los años y desde que yo había dejado la Obra un año antes de mi encuentro con María, nunca nos habíamos vuelto a ver. Entonces la saludé y para mi sorpresa me devolvió el saludo y paró para conversar conmigo (y eso que estaba con mi marido a mi lado!!!) Me contó que estaba tratando de conseguir alguien que le financiara el Master en Derecho en la Universidad Austral y que estaba ilusionada porque estaban por contestarle... Nos despedimos y seguimos caminando. Y ahí tuvo lugar un díalogo interesante... "no en

La Lluvia

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Puerto Trinidad, 24 de Octubre 2000 Nosotros estamos muy bien... Aunque llevamos dos semanas de lluvia constante que nos tienen un tanto cansados... dos semanas en donde no deja de llover en ningún momento... dos semanas de cielo gris... dos semanas de viento frío... dos semanas de no ver a nadie por la ventana... dos semanas de no poder salir afuera... Obviamente Alfonso va a trabajar todos los días. Deja el auto en la entrada del barrio (justo donde termina la calle de asfalto) y sigue a pie o en uno de los jeeps de los obreros que recorren las calles de barro como si fueran una autopista (!!!!!!). Pero yo no salgo ni un segundo, y los chicos tampoco. Así que estamos un tanto cansados de tanta lluvia. Al principio, cuando me quedaba sola, me daba un poco de miedo. Pero de a poco me fui acostumbrando; además si alguien se animara a salir con este tiempo en medio de los caminos barrosos, yo lo vería llegar desde lejos. Nuestra casa está en medio del campo pelado, sin árboles ni casas,

Don Pelayo... De Sede Social a Conventillo

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Durante muchos años, la sede central de la TFP Argentina fue una casa estilo “Tudor” ubicada en la avenida Figueroa Alcorta 3660, en pleno Palermo Chico, barrio de embajadas, plazas y mansiones “como las de antes”. A pocos metros de sus pesadas puertas de madera y herrajes se encontraban (estoy hablando de hace 20 años…) las embajadas de Checoslovaquia (¡cuando todavía existía Checoslovaquia!), Turquía, Uruguay y Corea del Sur. Uno que otro edificio moderno discordaba del estilo francés predominante en el barrio. Desde la torre mas alta de la casa (era efectivamente una torre con almenas y todo) se veía hacia el centro el gran lapacho frente a la estación de servicio Shell (y la embajada de Polonia), del otro lado de la placita que al menos por un tiempo se llamó “Plazoleta Ciro el Grande” ya que, según los cuentos, Lopez Rega mandó poner en un pedestal un papiro del tal Ciro. Vale la pena aclarar que a los pocos días el monumento estaba roto y el papiro desaparecido. Pero volvamos a D

¡Praesto Sum! (I)

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San Pablo, mediados de 1982 Con el pasar del tiempo las diferencias de enfoque dentro de la TFP sobre a qué precisamente estábamos llamados se fue acentuando. Por un lado estaban los que propiciaban la acción pública de la esfera “político-social” y preferían hablar sobre temas de actualidad bajo un enfoque católico (conservador, naturalmente), y por otro lado había un creciente número de personas que veían a la TFP bajo un punto de vista más religioso y buscaban la santificación dentro de un estilo de vida que imitaba al de una orden religiosa. Digo imitaba, porque en aquel entonces aún no tenía ni aprobación ni supervisión eclesiástica. Estas diferencias crecían con el pasar de los años, pero mientras el Dr. Plinio (izquierda), el fundador, viviese, no llegarían a mayores, ya que de alguna manera él mantuvo ambos “bandos” (efectivamente al final de su vida ya eran bandos) creyendo que hacían lo correcto. La animosidad de ambos quedó al descubierto cuando después de la muerte de Plini

Los Tunos

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Buenos Aires, Noviembre 1997 Como todos los años, llegaba Noviembre y los eventos sociales de fin de año se precipitaban... Por suerte el “Ateneo de Estudios Terciarios” donde yo daba clases de Etica por aquellos años, pensaba hacer la comida de profesores bastante temprano. Esta vez tendría lugar en el Restaurante del Ateneo, y contaríamos con la animación de “La Tuna de Alcalá”!!! Desde que yo tengo memoria vengo oyendo hablar de los tunos españoles, y viéndolos en acción en los videos “propagandísticos” de diversas Universidades españolas (ni qué hablar de los cuentos de algunas amigas españolas que he tenido). El anuncio de la presencia de los tunos me alegró la comida. El Ateneo tenía un Restaurante en el subsuelo del edificio, donde estaban las aulas de cocina (enormes, modernas, abiertas a la vista del público tras los inmensos ventanales que la separaban del “salón”) y las mesas del restaurante. Ahí se comía bien, muy bien, y varias veces invité a amigos y parientes a disfrutar

Mi encuentro con Juan Pablo II, el Grande

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Buenos Aires, abril 1988 Cuando se anunció oficialmente la visita de Su Santidad Juan Pablo II a la Argentina, inmediatamente todas las que vivíamos en Sur (Residencia Universitaria del Opus Dei) empezamos a hacer planes para estar cerca del Papa y para acercar a nuestras amigas con nosotras. Pero un día nos sorprendió la noticia de que la Residencia iba a organizar un coro para cantarle, de ser posible, en los jardines de la Nunciatura apostólica. No tengo idea de dónde salieron dos señoras polacas que nos iban a preparar. Una de ellas, la más joven pero de unos 60 años, se llamaba Marila. Ella iba a dirigir el coro. La otra, de unos 70 años pasaditos, era pianista y nos enseñó la música y nos corregía la pronunciación. Anna – ese era su nombre – era pianista y había sido deportada a Rusia en tiempos de la ocupación de Polonia. Ahí, había aprendido a leer y escribir el ruso comparando las letras de los diarios que usaban para envolver las manzanas en el campo de trabajo donde ella est