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Mostrando las entradas de 2007

“Sailing.... I am sailing…”

Río de la Plata, 1980 y 1996 Sentada bajo un árbol en algún lugar de la ladera de Mt. Gorgonio (California) cierro los ojos para escuchar mejor el ruido del viento. El silbido que hace al pasar entre las agujas de los pinos me lleva atrás en el tiempo y vuelvo a tener 11, 12 y 13 años. Siento el viento en mi cara al salir río abierto en el velero de mi tío Pablo.... Desde chicos Pablo y Hernán, hermanos de mamá, disfrutaron navegando. Ya adulto Pablo se compró un velero que después cambió por otro más grande. Los tuvo en el YCA (Yatch Club Argentino) de San Fernando y ahí nos dirigíamos muy seguido los domingos. ¡Qué valentía la de mi tía Mercedes de salir con tantos chicos chiquitos! Merceditas, Micaela y yo éramos las primas más grandes, pero los hermanos de Merce eran mucho más chicos que nosotras (que nos creíamos adultas y teníamos 11 y 10 años). Cada vez teníamos la misma conversación: “salimos río afuera o vamos por el Delta?” El Delta se prestaba para un día más relajado, de av

White Christmas

Mt. Kisco, Nueva York, diciembre 1978 La primera vez que me subí a un avión de pasajeros – y lo recuerde – fue en Ezeiza, el 23 de Diciembre de 1978. Hacía más de cuatro meses que mis padres y hermanos se habían ido a vivir al Estate de la TFP Americana en el Condado de Westchester, y para decir la verdad – que nunca iba a reconocer a mis inmaduros 15 años – los extrañaba un montón. Por eso empecé a escribirles cartas y a negociar con Tío Cosmín un viaje a Nueva York. Me acuerdo que él, en su afán de que no abandonase mis estudios secundarios, trató de motivarme hablando del viaje como un premio si pasaba mis “exámenes libres” a fin de año, pero yo me di cuenta que iba a terminar yendo a Estados Unidos de todas maneras, y el viaje no sirvió para motivarme, al menos en esa dirección. Así que ahí estaba, sentado en un Boeing 747 de PanAm esperando la hora que se cerrase la puerta y levantáramos vuelo. Me vino a la memoria que años antes, para bochorno de papá que había sido piloto en su

Decidimos Emigrar

Puerto Trinidad, mediados del 2001 Hacía casi un año que vivíamos en nuestra flamante casa en Puerto Trinidad. El diseño de Norberto de la Torre, nuestro arquitecto, incorporaba un lindo juego de techos, materiales de primer nivel como ventanas “oscilobatientes” de PVC y vidrio doble, cerámicas, un cielorraso curvo y una galería. Para mi gusto, la nota más llamativa de la casa era una ventana en esquina, que cual proa de un velero se proyectaba a un ángulo cerrado hacia lo que algún día sería la vereda. Pero el día de las veredas y calles asfaltadas estaba lejos todavía en 2001, y de hecho parece estar más lejos aún en 2005. Puerto Trinidad ha sido realmente un proyecto “duro de matar”, y la larguísima agonía que comenzó en Septiembre de 1999, continua con estertores para la exasperación de muchos que invirtieron plata, sueños y energía en su lanzamiento y construcción. Por su tamaño, Puerto Trinidad se podía comparar con un dinosaurio, que aún herido me muerte, seguía pidiendo de los

Famosa Tesis...

Buenos Aires, 1991-1995 Si bien tengo muy pocas cosas para criticar de mi paso por el Opus Dei, el modo como me “apuraron” en mis estudios universitarios es una de esas cosas criticables. Por razones de disponibilidad, yo rendía exámenes a “troche y moche”, y la verdad es que hubiera aprovechado mucho más mi carrera, de haberla hecho con más calma. Por eso, para terminar lo más rápido posible y estar “disponible para lo que hiciera falta”, cuando yo cursaba el quinto y último año de carrera, adelanté los seminarios correspondientes a la Licenciatura y empecé una de las Tesis. El esquema de mi carrera estaba armado para poder obtener dos títulos universitarios diferentes (aunque compatibles). El alumno podía recibirse de “Profesor” habiendo agregado algunas materias pedagógicas y prácticas docentes al cuerpo de materias de la carrera. O podía orientarse más hacia la investigación apuntando al título de “Licenciado”, para lo cual tenían que hacerse dos seminarios y dos tesis de igual env

Ron y Diamantes

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Chino, 15 de marzo, 2004 Como contara en otro artículo (“Merecidas vacaciones II”) en nuestro viaje a las Islas Vírgenes compramos unas cuantas botellas de ron. Pero no se trataba de un ron cualquiera... sino del ron oficial de la Armada Británica desde hace casi 300 años!!! Y si de algo podemos estar seguros, es de la fama bien ganada de los ingleses como “dueños” del mar y piratas”legales” de la Corona... Y todos esos lobos de mar recorriendo el mundo y conociendo sus mil productos eligieron ESE ron como el mejor... Confiando ampliamente en su criterio compramos 6 botellas!!! Al llegar a Buenos Aires, regalamos la mitad de la carga y nos guardamos tres botellas para agasajar a nuestros amigos. Como yo estaba embarazada no probé ni un traguito durante 8 meses... pero cada vez que se abría la botella olía el exquisito aroma dulce y seco del “Pussers Rum”. Pero el embarazo avanzaba y las botellas se iban vaciando... Al final escondí lo poco que quedaba de la última para cuand

Con mis amantes en Mabula

Bela Bela, mediados de 1993 Cuando volví a Sudáfrica después del fracaso de mi tentativa de establecerme en Argentina a principios de los 90, ya tenía trabajo asegurado. Es más, como Joan Osborn, mi antigua jefa me había dicho, “you can name your salary” y eso fue lo que hice. Les pedí un aumento importante con relación a lo que ganaba antes y me lo pagaron sin chistar. Siempre me quedará la duda si no debiese haber pedido más... Pasé unos días al principio en la casa de los Mattiuzzo, una familia de italianos, como el nombre lo indica, emigrados a Sudáfrica provenientes de la antigua Rhodesia. Leo (el padre) y Lee (el hijo) eran amigos de la TFP, y yo era particularmente amigo de un tío de Lee, Duke Lee (Lee de apellido en este caso, no de nombre...) por lo que la familia no tuvo problemas en recibirme. Con el buen sueldo que ganaba, pronto me compré una moto, una Honda 400CB y empecé a buscar un lugar para vivir. Esta vez, en lugar de un departamento como tenía antes, preferí buscarm

En la campiña francesa

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Reuilly, octubre 1984 Después de haber pasado mis primeros 8 meses en Sudáfrica, tuve que volver a Estados Unidos. Yo estaba por cumplir 21 años, y papá estaba haciendo los trámites necesarios para sacar la famosa “Green Card”, y mi presencia, como uno de los americanos de la familia, era necesaria para firmar no sé que papeles. En esa época, África del Sur sufría varios tipos de presiones y boicots de la comunidad internacional por no avanzar lo suficientemente rápido en el desmantelamiento del famoso “apartheid”. Y una de las consecuencias de esta situación era que Estados Unidos no aceptaba vuelos directos de South African Airways. Lo que me venía bárbaro, ya que para ir de Johannesburgo a Nueva York no me quedaba otra que pasar por Europa. Fui armando un plan entonces para pasar por Paris y Londres, donde no sólo había sede de la TFP sino que también tenía parientes. En París estaban Tío Rafa (hermano de mamá) y Mario (hijo de Tío Cosmín), y en Londres estaba Cosme, he

Viaje a lo desconocido

Buenos Aires / San Diego, 1 y 2 de abril 2002 Después de conseguir las valijas permitidas, metí todo lo que pude en ellas y lo que no entró fue regalado a otras personas. Quería llevarme todo y sólo me entraba la ropa. Papá me regaló las millas que venía acumulando desde hacía años y Alfonso y Estela los dólares para el pasaje de Alfonsito. Saqué pasaje para el 1 de abril a la noche. Había llegado el momento de partir... Fuimos a Ezeiza en dos autos: mamá, papá, los chicos y yo en uno, Estela, Alfonso y Estela (h) con las valijas en el otro. Al llegar nos enteramos de que mi vuelo se había cancelado por “desperfectos técnicos” y en vez de viajar Baires-NY-San Diego, podía hacer Baires-Miami-Dallas-San Diego. El panorama de cambiar tres veces de avión y corretear por tantos aeropuertos me parecía aterrador... pero no tenía opción... Victoria estaba excitadísima, Alfonsito ausente (yo igual que él), mis suegros llorosos, Estela muda, papá y mamá tensos. Todos hacíamos esfuerzos para hac

Luna de Miel

Bariloche, Marzo 1997 Manejando el Jaguar “bordeaux” de mi primo Isidro, empezamos nuestro viaje de Luna de Miel el 16 de Marzo. Hicimos una parada en la Basílica de Luján, a oír nuestra primera misa dominical de casados, y a encomendar la nueva familia a la protección a la Virgen Patrona de la Argentina. Nos dirigíamos a Bariloche, ya que dos de mis tíos, Santiago y Emilio Beccar Varela habían insistido que usemos sus cabañas en los lagos Mascardi y Gutiérrez respectivamente. Contábamos con la “Guia Emilín” para mostrarnos el camino. Esta imitación casera de la mundialmente conocida Guía Michelín había sido diseñada por Lucas Beccar Varela (hijo de Emilio), que nos la prestó para mostrarnos los puntos importantes de la ruta. Siguiendo sus indicaciones, no tardamos en encontrar una parada en la Ruta 5, supuestamente famosa por la calidad de sus sándwiches, y ahí nos pertrechamos de sendos pebetes de jamón y queso con mayonesa, para darnos energía hasta Neuquén. En la Provi

Mis Vecinos

Puerto Trinidad, Octubre 2000 Hoy tuve un día soñado... y lo quiero dejar escrito. Alfonso tiene una reunión en el centro y va a llegar un poco más tarde. Y los chicos están durmiendo como angelitos. ¡Este lugar es espectacular! Y único. Anoche me levanté a tomar agua en medio de la noche, y como todavía no tenemos cortinas en la cocina nunca prendo la luz. Mientras me servía el vaso miraba por la ventana, ¡cuando apareció por la calle de tierra una libre enorme! Si, una liebre gorda, suave, de orejas largas, y andar pausado. Se la veía muy tranquila, como quien es dueña y señora del lugar... se paró enfrente a mi ventana y levantó las patas de adelante y se limpió los bigotes. Después estiró una mano y agarró una ramita y empezó a comer. Ahí me dio el ataque... ¡ESA era la causa de la muerte de mi arbustito...! Yo había plantado unos laurentinos chiquitos que traje de casa de papá y mamá, hijos de uno grande que ellos tienen en su jardín. El laurentino es un arbusto de hojas

La Policía y Yo

La Plata 1973 / Chino 2004 Vivíamos en Chino, California, cuando Victoria cursó su año de Jardín de Infantes en el Colegio Anna Borba a pocas cuadras de casa. La verdad que le fue muy bien, y pasó de no hablar inglés a empezar a olvidarse del castellano... Así son los chicos, ¡como esponjas! Me acuerdo que una de las actividades para la clase fue llevarlos a todos a la comisaría, donde un par de policías les mostraron a todos los patrulleros y las oficinas, llevando a cabo lo que se podría llamar un ejercicio de relaciones públicas. Como dice en la puerta del patrullero: “To Protect and to Serve!” Claro que Victoria volvió a casa contentísima, con magnetos para la heladera con forma de patrullero (y el número a llamar en caso de emergencia), y todo tipo de ideas sobre como ser más segura y portarse bien... A las pocas semanas, unos vecinos nuestros estaban haciendo una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la noche, y la verdad que el volumen de la música era molesto. No

Mi psiquiatra y yo

Soy una más de las muchas personas que estando en el opus terminan enfermando de depresión y consumiendo pastillas recetadas por el psiquiatra. Pero como mi psiquiatra se portó muy bien merece ser destacada. Los demás involucrados, directoras, curas, psicóloga, todos fueros similares a los de las otras historias de ex-miembros del Opus... es decir, patéticos!!! Un buen día, de un buen año, me cansé de sentirme mal, de dormir mal, de bajar de peso a pesar de comer a cuatro manos, de estar todo el tiempo con la necesidad de moverme, ansiosa e inquieta. Así que resolví tomar al toro por las astas y saqué un turno con mi médica clínica. Llegado el día fui a dirección a comunicar que me iba al médico.. la cara que puso la directora!! “tengo 27 años y puedo ir sola al médico... además se trata de una numeraria!!!!!” Qué manía de ir con perro faldero a todas partes!!! (obviamente que mientras yo viajaba hacia el consultorio, la directora llamó a la doctora por TE y cuando yo llegué me lo dejó

La Chica en el Funeral

Buenos Aires, junio 1996 Yo tuve mi crisis de los 30 años en Sudáfrica. Cuando me di cuenta que los cumplía y que todas mis posesiones terrenales cabían en dos valijas y una mochila. Cuando me di cuenta que seguía soltero, y no sólo soltero sino que en África no me iba a casar nunca. Cuando de repente me imaginé a mí mismo viejo y sólo como un hongo. Era una situación que había que cambiar, y había que hacerlo enseguida. Así que me subí a un avión y me volví a Argentina, ya que si de casamiento hablábamos, no había alternativa que encontrar a una chica argentina, preferiblemente de mí mismo círculo social. Nada de diferencias culturales o religiosas para mí. Y, obviamente, la posibilidad de diferencias raciales ni se contemplaba... Mi teoría era (y sigue siendo) que el matrimonio es lo suficientemente complicado como para agregarle más diferencias de las estrictamente necesarias. De vuelta en Buenos Aires, jugaba a mí favor el hecho que hacía ya un par de años que los casamientos estab

Blogs... behind the scene

Verano 2005 Hoy estaba terminando de leer un artículo de Luis en “El Opinador Compulsivo” y me disponía a poner un comentario cuando Nicolás vino, me abrazó y me dijo “mom?? Wanna dance??” y se puso a moverse como si estuviera bailando conmigo. Inmediatamente pensé “así no se puede!! Esto no es justo!! Seguramente ninguno de los demás comentaristas ni bloggers son interrumpidos sistemáticamente en su intento de analizar la realidad política mundial!!” y bajé la mirada para encontrarme con los ojazos azules de mi hijo que entrecerrados y pìcaros me miraban con adoración... “OK!! Quién necesita opinar sobre política cuando tiene un hijo tan lindo como este????” Y mientras manejaba por Yucaipa, rumbo al colegio de Alfonsito, iba gestándose este artículo. Cuando hace un par de semanas Laurie me contaba de una amiga suya que había dejado su cátedra universitaria en el noreste de este país, y que estaba contenta pero un poco angustiada con el cambio, le aconsejé “que se meta en el mundo de l