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Mostrando las entradas de septiembre, 2008

Un Año Perdido

Después de cuatro años trabajando en Armstrong Growers, era evidente que mi carrera dentro de la compañía estaba estancada, no solo de un punto de vista jerárquico (lo que me importaba poco) sino especialmente de un punto de vista financiero (lo que me importaba mucho). Me llevaba bárbaro con la gente, mi jefe James, y cultivé amistades personales con muchos, particularmente con Tracy Densmore, Gerente de Ventas de la compañía y que vivía a pocos minutos de casa en Yucapia, CA. Pero, lamentablemente, nada de eso se traducía en un aumento de sueldo que me permitiese pasar de la banda de subsistencia en la que nos encontrábamos. Había llegado a lo que parecía un tope de 57 mil dólares al año, y cada aumento anual en la zona de los 3 mil dólares a duras penas alcanzaban para cubrir los gastos que seguian aumentando. El problema no era solo que la industria de la horticultura no era de las que mejor pagaban, sino que mi jefe, James Russell, no parecía darle a la plata el valor que tenía,

Duke Lee: Un final misterioso

La periferia de la TFP estaba compuesta por amigos y simpatizantes, o como se los conoció más tarde, “corresponsales y esclarecedores” que compartian los ideales del grupo pero que por “razones de estado” (familia, trabajo, etc.), no podían o querían dedicar su tiempo completo. En sudáfrica, uno de estos amigos era un tal Duke Lee, un rhodesiano de origen presumiblemente inglés, tío de Lee Mattiuzzo, un jóven que durante años tratamos de captar pero que nunca se terminó enganchando con nosotros. Duke era un tipo unos años mayor que yo (pero no muchos), de mediana o baja estatura, con varios kilos de más por aquel entonces y un temperamento nervioso y carcajada fácil. El poco pelo que le quedaba tendía a ser enrulado, usaba anteojos, y no salía de su casa sin portar un enorme Webley .455, ese revólver inglés de fines del siglo XIX que usa Lawrence de Arabia como fue inmortalizado por Peter O’Toole. Había venido a Sudáfrica después de la desaparición de Rhodesia y el surgimiento