La Chica en el Funeral
Buenos Aires, junio 1996 Yo tuve mi crisis de los 30 años en Sudáfrica. Cuando me di cuenta que los cumplía y que todas mis posesiones terrenales cabían en dos valijas y una mochila. Cuando me di cuenta que seguía soltero, y no sólo soltero sino que en África no me iba a casar nunca. Cuando de repente me imaginé a mí mismo viejo y sólo como un hongo. Era una situación que había que cambiar, y había que hacerlo enseguida. Así que me subí a un avión y me volví a Argentina, ya que si de casamiento hablábamos, no había alternativa que encontrar a una chica argentina, preferiblemente de mí mismo círculo social. Nada de diferencias culturales o religiosas para mí. Y, obviamente, la posibilidad de diferencias raciales ni se contemplaba... Mi teoría era (y sigue siendo) que el matrimonio es lo suficientemente complicado como para agregarle más diferencias de las estrictamente necesarias. De vuelta en Buenos Aires, jugaba a mí favor el hecho que hacía ya un par de años que los casamientos estab